El primer vuelo postal registrado en el Ecuador fué efectuado el 4 de noviembre de 1920 por el biplano Hanriot HD.1 bautizado como Telégrafo I°, al mando del piloto italiano Elia Liut. Fué tambien la primera vez que un aparato mecánico surcaba los Andes ecuatorianos.
Los primeros seis vuelos fueron la continuación de ese viaje desde Guayaquil a Cuenca, Riobamba, Quito, Ibarra y Tulcán. Estos vuelos se realizaron entre el 4 de noviembre de 1920 y el 29 de febrero de 1921. La etapa Riobamba-Quito la hizo también Elia Liut. Las restantes etapas, Cuenca-Riobamba, y de Quito hacia el norte, hasta llegar a Colombia, las hizo Ferruccio Giucciardi. En todas las etapas del vuelo transportó correspondencia.
De Guayaquil a Cuenca transportó 515 piezas de correspondencia. De Riobamba a Quito trasportó 300 piezas. De Quito a Ibarra transportó al menos 60 piezas postales y de Ibarra a Tulcán 70. De Tulcán continuó a Pasto (Colombia) mencionándose que se tranportó varias piezas de correo oficial dirigidas a las autoridades locales. Se convirtió asi también en el primer correo aéreo internacional.
Los primeros seis vuelos fueron la continuación de ese viaje desde Guayaquil a Cuenca, Riobamba, Quito, Ibarra y Tulcán. Estos vuelos se realizaron entre el 4 de noviembre de 1920 y el 29 de febrero de 1921. La etapa Riobamba-Quito la hizo también Elia Liut. Las restantes etapas, Cuenca-Riobamba, y de Quito hacia el norte, hasta llegar a Colombia, las hizo Ferruccio Giucciardi. En todas las etapas del vuelo transportó correspondencia.
Marca aplicada en la correspondencia transportada en el primer vuelo del Telégrafo I°.
De Guayaquil a Cuenca transportó 515 piezas de correspondencia. De Riobamba a Quito trasportó 300 piezas. De Quito a Ibarra transportó al menos 60 piezas postales y de Ibarra a Tulcán 70. De Tulcán continuó a Pasto (Colombia) mencionándose que se tranportó varias piezas de correo oficial dirigidas a las autoridades locales. Se convirtió asi también en el primer correo aéreo internacional.
Tarjeta postal transportada en primer vuelo del Telégrafo I° el 4 de noviembre de 1920.
Periodista e impulsador y promotor de la aviación ecuatoriana nacido en la ciudad de Ambato en 17 de noviembre de 1854.
Huérfano a la edad de 7 años, viajó a Guayaquil para vivir y trabajar en el negocio de su tío Gaspar Castillo, y desde esa época aprovechó sus ratos libres para estudiar y autoprepararse, sobre todo en el campo de la contabilidad.
Huérfano a la edad de 7 años, viajó a Guayaquil para vivir y trabajar en el negocio de su tío Gaspar Castillo, y desde esa época aprovechó sus ratos libres para estudiar y autoprepararse, sobre todo en el campo de la contabilidad.
En 1878 se afilió al Partido Liberal y ocasionalmente actuó como secretario de Juan Montalvo. Posteriormente asistió como ayudante del Crnel. Luis Vargas Torres a la Batalla de Mapasingue que el 9 de julio de 1883 puso fin a la dictadura del Gral. Ignacio de Veintimilla.
En 1894 inició su carrera periodística trabajando en la redacción de La Nación, y a través de sus páginas exaltó los ánimos ciudadanos en el asunto relacionado con la «Venta de la Bandera». Poco tiempo después fue uno de los primeros firmantes del «Acta de Pronunciamiento» del 5 de junio de 1895 que proclamó el triunfo de la Revolución Liberal.
Al año siguiente pasó a administrar diario El Telégrafo y el 21 de diciembre de 1897, cuando su fundador y propietario -don Juan Murillo Miró-, viajó a Quito para ocupar la dirección de la Escuela de Artes y Oficios, le compró todas las acciones del periódico y pasó a ocupar la dirección del mismo.
En 1920 adquirió un avión de caza italiano al que bautizó con el nombre de «El Telégrafo I», y contrató al piloto de igual nacionalidad, Elia Liut, para dar inicio a la era de la aviación en el Ecuador. En efecto, el 4 de noviembre de ese mismo año los Andes ecuatorianos fueron sobrevolados por primera vez, cuando dicho avión viajó de Guayaquil a Cuenca en el tiempo de una hora y media.
Un año después obsequió el avión para fundar la primera Escuela de Aviación Nacional, que se instaló en la población de Durán (Eloy Alfaro), frente a Guayaquil y fue bautizada con el nombre de Escuela Cóndor. Por esta razón, el Congreso de la República lo declaró «Precursor de la Aviación en el Ecuador».
Un año después obsequió el avión para fundar la primera Escuela de Aviación Nacional, que se instaló en la población de Durán (Eloy Alfaro), frente a Guayaquil y fue bautizada con el nombre de Escuela Cóndor. Por esta razón, el Congreso de la República lo declaró «Precursor de la Aviación en el Ecuador».
Durante el gobierno del Dr. José Luis Tamayo fue obligado a abandonar el país por haber censurado y denunciado los sangrientos hechos relacionados con la Revolución del 15 de Noviembre de 1922, por lo que permaneció durante varios años en el destierro.
A su regreso a Guayaquil continuó desarrollando su importante labor periodística, y en 1934 fue condecorado por los gobiernos del Ecuador y Chile con las órdenes «Al Mérito» en el grado de Comendador.
Siempre al servicio del periodismo y de los más altos intereses de la patria, el Sr. José Abel Castillo murió en la ciudad de Guayaquil el 22 de junio de 1940.
A su regreso a Guayaquil continuó desarrollando su importante labor periodística, y en 1934 fue condecorado por los gobiernos del Ecuador y Chile con las órdenes «Al Mérito» en el grado de Comendador.
Siempre al servicio del periodismo y de los más altos intereses de la patria, el Sr. José Abel Castillo murió en la ciudad de Guayaquil el 22 de junio de 1940.
Elia Liut
Piloto de aviación nacido en Pordenone, provincia de Fiume Veneto, en Italia, el 6 de marzo de 1895.
Luego de ser reconocido como héroe de la Primera Guerra Mundial, y de haber sido condecorado por el Rey de Italia, S.M. Víctor Manuel III, llegó al Ecuador en el año 1920 y fue contratado por el periodista y pionero de la aviación, don José Abel Castillo, para que piloteara el avión “El Telégrafo I”.
A mediados de 1920, la Junta pro Celebración del Centenario de la Independencia de Cuenca acordó con el Sr. Castillo la contratación del avión El Telégrafo I° para que realizara algunos vuelos sobre la ciudad, con el propósito de dar brillo a dichas festividades. El avión debía viajar en tren hasta la estación de Huigra, y luego ser transportado en partes por cincuenta indios hasta la ciudad de Cuenca.
“A esta forma inusitada de viaje se opuso naturalmente el aviador y hubo de vencer la dura resistencia del Sr. José Abel Castillo, propietario del pequeño biplano y director, entonces, de diario “El Telégrafo”, de Guayaquil, quien no quiso al comienzo de aquellas curiosas gestiones “ni oír” que Elia Liut volase de Guayaquil a Cuenca por los peligros que podría encontrar en aquella travesía aérea, mas, Liut venció y voló” (A. Lloret Bastidas.- Cuencanerías, p. 234).
“A esta forma inusitada de viaje se opuso naturalmente el aviador y hubo de vencer la dura resistencia del Sr. José Abel Castillo, propietario del pequeño biplano y director, entonces, de diario “El Telégrafo”, de Guayaquil, quien no quiso al comienzo de aquellas curiosas gestiones “ni oír” que Elia Liut volase de Guayaquil a Cuenca por los peligros que podría encontrar en aquella travesía aérea, mas, Liut venció y voló” (A. Lloret Bastidas.- Cuencanerías, p. 234).
El vuelo estaba planificado para el día 3 de noviembre, fecha del centenario, pero ese día, a pesar de los intentos realizados no pudo sobrevolar la cordillera debido al mal tiempo reinante, por lo cual regresó a Guayaquil para al día siguiente intentar la hazaña nuevamente. Fue entonces que, gracias a su valor e iniciativa, el 4 de noviembre de 1920, al mando de dicho avión se convirtió en el primer hombre que cruzó los Andes ecuatorianos por aire, volando de Guayaquil a Cuenca en el tiempo de una hora y media. A su llegada la ciudad lo llamó “El Cóndor Andino”, y por decisión del Cabildo lo nombró “Hijo Adoptivo”.
“Cuenca me recibió con los brazos abiertos y en esa noble ciudad recibí atenciones y agasajos que no pueden ser descritos. Desde lo más granado de su sociedad, hasta las clases populares me convirtieron en una especie de ídolo suyo. Oficialmente fui proclamado “Cóndor de los Andes”, el más grato título, aun así de honorífico, que yo había podido tener en mi vida. Se hicieron colectas populares para poder ofrecerme sumas de dinero que yo no las quise aceptar para mí. Yo estaba abrumado por esas atenciones, pero en medio de ellas me dedicaba a pensar que no debía ni tenía que dejarme estar como dormido entre los laureles. Era preciso que siguiera adelante, como lo hice”.
En efecto, pocos días más tarde, el 19 de noviembre, su compañero y mecánico Ferruccio Guicciardi voló de Cuenca a Riobamba, y el día 28, nuevamente Liut se elevó, esta vez desde Riobamba, para de manera triunfal llegar a Quito y completar el primer vuelo aéreo sobre los Andes ecuatorianos.
Su arribo a la capital causó una gran conmoción popular, el recibimiento que el pueblo congregado en Iñaquito le ofreció fue soberbio. La muchedumbre lo proclamó “Cóndor de los Andes” y gracias a su hazaña el gobierno se decidió a la creación de una escuela de aviación.
Su arribo a la capital causó una gran conmoción popular, el recibimiento que el pueblo congregado en Iñaquito le ofreció fue soberbio. La muchedumbre lo proclamó “Cóndor de los Andes” y gracias a su hazaña el gobierno se decidió a la creación de una escuela de aviación.
Tarjeta postal conmemorativa del 30° Aniversario de la muerte de Elia Liut.
Fiume Veneto (Italia), 30 de mayo de 1982.
Fiume Veneto (Italia), 30 de mayo de 1982.
En efecto, en 1922 fue nombrado piloto instructor de la primera Escuela de Aviación Militar, establecida e inaugurada ese mismo año en Durán, frente a Guayaquil, con el nombre de “El Cóndor”.
Posteriormente se radicó en la ciudad de Quito donde vivió hasta el día de su muerte, ocurrida el 12 de mayo de 1952.
Posteriormente se radicó en la ciudad de Quito donde vivió hasta el día de su muerte, ocurrida el 12 de mayo de 1952.
El Telégrafo I°
A mediados de 1920, el periodista Sr. José Abel Castillo –propietario de diario El Telégrafo, de Guayaquil- adquirió un avión de caza italiano y contrató al piloto de igual nacionalidad, Elia Liut, para dar inicio -en Guayaquil- a la era de la aviación en el Ecuador.El avión llegó el 29 de julio a bordo del vapor “Ansaldo”, y el 8 de agosto fue bautizado con el nombre de “El Telégrafo I°”.
A finales de octubre de ese mismo año, cuando la ciudad de Cuenca se preparaba para celebrar los cien años de su independencia, la Junta del Centenario, presidida por el Dr. Alfonso Cordero Palacios -que había preparado un vasto programa conmemorativo-, acordó patrocinar el viaje del piloto para que al mando de un aeroplano sobrevolara varias veces la ciudad, para lo cual solicitó al Sr. Castillo que su avión -el Telégrafo I- sea llevado para que hiciera algunas demostraciones en los cielos de Cuenca.
Como nunca se había realizado un vuelo sobre los Andes, se acordó que el avión debía viajar por ferrocarril desde Guayaquil hasta la estación de Huigra, y desde allí debía ser transportado en partes por cincuenta indios de las haciendas próximas a Cuenca.
Al conocer de esta poco elegante manera de transporte, Elia Liut se opuso tenazmente y propuso valerosamente realizar el primer vuelo entre las dos ciudades piloteando personalmente el pequeño avión, propuesta que fue rechazada inicialmente por don José Abel Castillo, propietario del avión, quien no quería exponer la vida del audaz piloto; pero éste insistió en su propósito hasta que finalmente logró vencer la resistencia del Sr. Castillo.
Al conocer de esta poco elegante manera de transporte, Elia Liut se opuso tenazmente y propuso valerosamente realizar el primer vuelo entre las dos ciudades piloteando personalmente el pequeño avión, propuesta que fue rechazada inicialmente por don José Abel Castillo, propietario del avión, quien no quería exponer la vida del audaz piloto; pero éste insistió en su propósito hasta que finalmente logró vencer la resistencia del Sr. Castillo.
“Concertado al fin el vuelo, Elia Liut, teniente italiano de la Primera Guerra Mundial y As de la aviación de su patria, se elevó el 3 de noviembre, a las siete de la mañana, pero las condiciones atmosféricas impidieron al intrépido piloto sobrepasar la cordillera. Liut tuvo que retornar a Guayaquil para anunciar que intentaría llegar a Cuenca al siguiente día. Y, en efecto, el 4 de noviembre de 1920, a las once de la mañana, Elia Liut aterrizaba en medio del alborozo general de una multitud de veinte mil personas que lo aclamaron jubilosamente en el pequeño campo de Jericó, llevándolo después no sólo en hombros hasta el centro de la ciudad, sino encumbrándolo a la Gloria en las alas de la Fama” (Antonio Lloret Bastidas.- Cuencanerías, p. 234)
Matasellos de día de emisión de 2005 y conmemorativo del
Festival Aéreo 2010, ilustrados con el Telégrafo I°.
Festival Aéreo 2010, ilustrados con el Telégrafo I°.
Así, de esta manera heroica y valerosa, se inició la era de la aviación en el Ecuador.
Pocos días más tarde, el 19 de noviembre, el compañero y ayudante de Elia Liut -Ferruccio Guicciardi- voló desde Cuenca hasta Riobamba, y el día 28, el propio Liut lo hizo desde Riobamba hasta Quito, completando el primer viaje aéreo sobre los Andes ecuatorianos, e inaugurando el correo aéreo entre Guayaquil, Cuenca, Riobamba y Quito.
Bibliografía:
Enciclopedia del Ecuador, Efrén Avilé Pino http://www.enciclopediadelecuador.com/
Los Primeros Vuelos y Vuelos Especiales del Ecuador, Leo J. Harris
Pocos días más tarde, el 19 de noviembre, el compañero y ayudante de Elia Liut -Ferruccio Guicciardi- voló desde Cuenca hasta Riobamba, y el día 28, el propio Liut lo hizo desde Riobamba hasta Quito, completando el primer viaje aéreo sobre los Andes ecuatorianos, e inaugurando el correo aéreo entre Guayaquil, Cuenca, Riobamba y Quito.
Bibliografía:
Enciclopedia del Ecuador, Efrén Avilé Pino http://www.enciclopediadelecuador.com/
Los Primeros Vuelos y Vuelos Especiales del Ecuador, Leo J. Harris